Cómo vivir una vida tranquila y libre de estrés?

El significado biológico del estrés y las emociones que intervienen son temas de gran importancia y pueden tener un impacto positivo o negativo en nuestra salud. 
(fuente de la imagen Pixabay) 

El estrés es un conjunto de síntomas y reacciones biológicas y psicológicas producidas por el sistema nervioso simpático ante una agresión o peligro. Su función es ponernos en estado de alerta continuada y prepararnos para reaccionar. Se confunde con una patología, pero no es más que una reacción de defensa. Por estas razones, podemos definir al estrés como un conflicto de lucha o de huida ante un contexto de amenaza.

El estrés es un aviso de nuestro cuerpo de que algo no va bien y que debemos reaccionar. Ante la percepción de peligro ante una situación del contexto, se activa el sistema simpático como respuesta al conflicto que debemos afrontar pero somos incapaces de relacionar (al ser probablemente algo simbólico e inconsciente). La no reacción hace que toda esa energía siga dando vueltas en nuestro interior como una sirena que aumentará cada vez más su intensidad si nadie responde a su llamada.


Podemos hablar de 3 tipos de estrés:

Estrés agudo: es el más común y tiene su origen en las exigencias que nos imponemos nosotros mismos o los demás.


Estrés crónico: Este es el tipo de estrés que padecen las personas que permanecen en prisión, guerras, situaciones de pobreza y circunstancias que demandan una alerta continua. El estrés crónico es el más grave y causa problemas severos en la salud psicológica de quienes lo padecen, manifestándose en un marcado desgaste físico y mental.


Estrés agudo episódico: Suelen manifestarlo personas que se marcan metas poco realistas y por las exigencias de la sociedad. Se caracteriza por una angustia continua y una sensación de descontrol sobre la exigencia impuesta, quienes lo sufren se muestran preocupados por el futuro y se suelen adelantar a los acontecimientos.

Cuando nos encontramos en una situación estresante, nuestro cuerpo libera hormonas del estrés, como el cortisol y la adrenalina, que nos preparan para enfrentar el peligro o la demanda. Estas hormonas aumentan la frecuencia cardíaca, la presión arterial y la energía disponible, lo que nos permite reaccionar rápidamente. Sin embargo, si el estrés se prolonga en el tiempo o es demasiado intenso, puede tener efectos perjudiciales en nuestro organismo.

Es así como el significado biológico del estrés y las emociones que intervienen son temas de gran importancia y pueden tener un impacto positivo o negativo en nuestra salud.

Las emociones también desempeñan un papel fundamental en la gestión del estrés. Sentimientos como el miedo, la tristeza o la ira pueden activar respuestas emocionales que nos ayudan a enfrentar situaciones estresantes. Por ejemplo, el miedo puede motivarnos a huir o evitar una situación peligrosa, mientras que la ira puede impulsarnos a tomar acción para resolver un problema.

Sin embargo, es importante aprender a gestionar nuestras emociones de manera saludable. La falta de control emocional puede llevar a una respuesta excesiva al estrés, lo que puede causar problemas de salud física y mental a largo plazo. Por otro lado, una gestión adecuada de las emociones nos permite adaptarnos de manera más efectiva a las situaciones estresantes y mantener un equilibrio emocional.

Para gestionar el estrés y las emociones de manera saludable, es recomendable practicar técnicas de relajación, como la meditación o la respiración profunda. También es importante identificar y expresar nuestras emociones de manera adecuada, ya sea a través del habla, la escritura o la práctica de actividades creativas. Además, mantener un estilo de vida saludable, con una alimentación equilibrada y ejercicio regular, puede ayudarnos a reducir los niveles de estrés y fortalecer nuestra. 

Para finalizar les dejo una charla del ciclo #Creandobienestar con toda la información que necesitamos para llevar una vida tranquila y libre de estres! 


 





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