¿Por qué a veces callamos lo que sentimos? Herida de rechazo, autovaloración y su relación con los conflictos en la comunicación 
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Si hay mucho miedo al rechazo,  hay baja autoestima, en cambio cuando hay poco miedo al rechazo nuestra autoestima es alta 

¿En qué momentos podemos sentir peligro a que nos  rechacen?

Cuando nos expresamos y decimos lo que sentimos,  en cambio sí guardamos  silencio no hay peligro de sentir rechazo y convertimos este mecanismo un lugar seguro,  en la zona de confort , en el  lugar seguro de “No expresión”
Entonces al no expresarnos, al no decir lo que sentimos, estamos a salvo,  seguros porque no va a haber rechazo, estamos  protegidos
Pero al expresar lo que sentimos estamos expuestos a que esa sensación de rechazo impacte en nuestro ser una y otra vez, ya que  Más me expreso: + rechazo, entonces elegimos no expresarnos para evitar el dolor, el rechazo y la desvalorización

¿Qué dolor estamos evitando al no expresarnos?
Evitamos volver a sentir ese rechazo y esa desvalorización que grabamos de muy pequeños y es por eso que el inconsciente trata de cuidarnos de ese trauma guardando silencio. 
Es así como la herida del rechazo se convierte en un eco persistente en nuestras vidas, resonando con cada oportunidad de abrirnos y compartir lo que llevamos dentro. La necesidad de protegernos de ese eco nos lleva a construir muros invisibles, barreras que impiden la conexión auténtica con los demás. En nuestra mente, el silencio se presenta como una estrategia de defensa: “Si no digo nada, no hay nada que pueda ser criticado”. Sin embargo, esta estrategia, aunque parece efectiva a corto plazo, se transforma en una prisión emocional.
La falta de expresión no solo nos aísla de los demás, sino que también nos aleja de nuestra esencia. Cada vez que nos negamos a compartir nuestros sentimientos, negamos nuestra propia verdad. Vivimos en un constante tira y afloja entre el deseo de ser escuchados y el temor a ser rechazados. Esta dualidad nos lleva a una profunda fragmentación interna, donde el yo auténtico lucha por salir a la luz, mientras que el yo protegido se aferra a la seguridad del silencio.


A menudo, los conflictos en la comunicación surgen de esta dualidad. Al no expresar nuestras emociones, creamos un vacío que puede ser interpretado erróneamente por los demás. La falta de palabras puede generar malentendidos, heridas, y resentimientos acumulados. El otro puede percibir nuestra reticencia como desinterés o indiferencia, cuando en realidad se trata de un mecanismo de autoprotección. Este ciclo puede perpetuar el dolor que intentamos evitar, llevándonos a situaciones de conflicto y distanciamiento.
Por otro lado, al comenzar a romper ese silencio, incluso de forma gradual, nos damos la oportunidad de reescribir nuestra historia. Hablar sobre lo que sentimos puede ser un acto liberador, un paso hacia la sanación de esas heridas profundas que el tiempo no ha borrado. A medida que nos atrevemos a compartir, comenzamos a desafiar las creencias limitantes que nos han mantenido cautivos. Cada palabra pronunciada se convierte en un ladrillo que derriba los muros del miedo.

Es fundamental crear espacios seguros de comunicación, donde la vulnerabilidad sea bienvenida y el rechazo no sea una posibilidad presente. Al cultivar la empatía y la aceptación en nuestras relaciones, disolvemos el miedo que nos lleva al silencio. Permitirnos sentir y expresar es el primer paso para transformar nuestra autovaloración. Al final, lo que más anhelamos es ser vistos y comprendidos en nuestra totalidad, con nuestras virtudes y nuestras imperfecciones.

La clave está en entender que el dolor que tememos al expresarnos puede ser una experiencia pasajera, mientras que el anhelo de conexión humana es una necesidad vital. Al enfrentar nuestras sombras y permitirnos brillar en nuestra vulnerabilidad, comenzamos a construir no solo relaciones más auténticas, sino también una relación más positiva con nosotros mismos. Así, el viaje hacia la autoexpresión se vuelve un acto valiente de amor propio.

Este proceso de autoexpresión requiere un compromiso constante con nuestra verdad interior. A menudo, nos vemos atrapados en un ciclo de autocrítica y miedo al juicio ajeno, lo que nos lleva a silenciar nuestras voces y ocultar nuestra esencia. Sin embargo, cada vez que tomamos la valentía de compartir nuestras experiencias, ya sea a través de la palabra, el arte o cualquier forma de expresión, comenzamos a destruir esas barreras. Este acto de honestidad no solo nos libera, sino que también invita a otros a hacer lo mismo, creando un espacio seguro de comunicación donde la vulnerabilidad se transforma en fuerza.

Es fundamental recordar que la autoexpresión no siempre debe ser perfecta o pulida. La belleza de ser auténtico reside en la imperfección y en la naturaleza cruda de nuestras historias. Cada herida y cada cicatriz cuentan un capítulo de nuestra vida que merece ser reconocido. Al dar voz a nuestras luchas, también iluminamos nuestras victorias, creando un tejido rico de experiencias que nos conectan profundamente con los demás.

Además, al abrazar nuestra vulnerabilidad, rompemos la creencia  de que solo las personas fuertes pueden ser abiertas y reales. Desde este lugar de autenticidad, comenzamos a cultivar un contexto saludable, donde todos se sienten vistos y escuchados. Esta red de apoyo mutuo no solo enriquece nuestras vidas, sino que también desafía las narrativas sociales que a menudo nos han enseñado a reprimir nuestras emociones.

Por tanto, te animo a que cada día busques esos momentos en los que puedas expresarte, aunque sea de forma sutil. Puede ser a través de un diario, una conversación sincera con un amigo, o incluso en una creación artística. Reconoce tus sentimientos, acéptalos y permítete sentir el profundo alivio que conlleva exteriorizarlos. 
El viaje hacia la autoexpresión puede estar lleno de temores, pero cada paso que des hacia la luz puede resultar en un descubrimiento transformador, no solo de tu voz, sino también de tu valía y potencial como ser humano. La conexión humana florece en esos momentos de coraje y autenticidad, y es allí donde todos encontramos un sentido de pertenencia significativo.

Si resonaste con alguna información de este artículo, te invito a profundizar en consulta presencial u online. Juntos podremos explorar en profundidad tus inquietudes y necesidades, proporcionándote un espacio seguro para el diálogo y la reflexión. 
Cada sesión está diseñada para brindarte las herramientas necesarias que te ayudarán a alcanzar un mayor bienestar emocional y personal. No dudes en dar el primer paso hacia un camino de autodescubrimiento y crecimiento. Estoy aquí para acompañarte en cada etapa de tu viaje. ¡Espero verte pronto!

"Todo niño trae consigo las huellas de su historia familiar"
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El "proyecto sentido" es un concepto utilizado en la biodescodificación y otras terapias alternativas vinculado a la idea de que cada individuo, desde el momento de la concepción, está influenciado por la historia familiar y las circunstancias que rodearon su gestación y nacimiento. Según esta perspectiva, durante el embarazo, el parto y hasta aproximadamente los 3 años de vida, el bebé es afectado por las emociones y experiencias de sus padres, así como por el ambiente familiar y social en el que se encuentra.

Se cree que estas influencias pueden dejar una huella en el inconsciente biológico del individuo, afectando su forma de observar y percibir el mundo,  manifestándo esta información en diferentes ámbitos de su vida adulta a través de patrones de comportamiento, creencias y mandatos limitantes, enfermedades físicas o problemas emocionales.

El concepto de proyecto sentido sugiere además, que es importante explorar y comprender las circunstancias que rodearon la gestación y el nacimiento de una persona para identificar posibles conflictos emocionales subyacentes que puedan estar impactando su salud y bienestar en la actualidad ya que al tomar conciencia de estos aspectos del "proyecto sentido" y trabajar en profundidad la temática, se puede favorecer la sanación emocional y física del individuo.

En el contexto del proyecto sentido, también se plantea que las experiencias vividas por los padres durante el embarazo y el parto, así como las circunstancias familiares y sociales en las que se gesta al individuo también  pueden dejar una huella en su inconsciente. Estas huellas emocionales pueden influir en la forma en que la persona se relaciona consigo misma, con los demás y con el mundo que la rodea, pudiendo desencadenar conflictos internos que impactan en su salud física y mental.

Algunos de los elementos que se consideran en el proyecto sentido incluyen:

  1. Experiencias emocionales de la madre durante el embarazo: Se postula que las emociones y experiencias vividas por la madre durante el embarazo pueden influir en el desarrollo emocional del feto, estableciendo patrones emocionales que perduran a lo largo de la vida de la persona.
  2. Circunstancias familiares y sociales durante la gestación: Factores como el entorno familiar, las relaciones interpersonales, el nivel de estrés o la presencia de conflictos durante el embarazo pueden impactar en el desarrollo emocional y en la forma en que la persona percibe el mundo.
  3. Experiencias durante el nacimiento: Se considera que el proceso de nacimiento y las circunstancias que lo rodean pueden dejar una impronta emocional en la persona, influyendo en sus patrones de conducta, sus miedos y sus relaciones interpersonales.
  4. Patrones familiares y herencias transgeneracionales: Se exploran los vínculos entre las experiencias emocionales y traumas no resueltos en generaciones anteriores y su influencia en la vida actual de la persona.


En resumen, el proyecto sentido contempla las experiencias emocionales y situaciones vividas durante las etapas tempranas de la vida como elementos clave en la construcción de la identidad y el bienestar emocional de la persona. A través del trabajo terapéutico basado en este enfoque, se busca identificar y abordar estos posibles conflictos emocionales para favorecer la sanación y el crecimiento personal. Es importante recordar que el proyecto sentido es parte de enfoques terapéuticos alternativos y no cuenta con un respaldo científico sólido según los estándares de la medicina convencional.

Si en tu proyecto sentido identificas conflictos emocionales relacionados con inseguridades, dificultades para expresarte, miedo al fracaso o creencias limitantes heredadas de tus padres, por ejemplo, es posible que estos aspectos influyan en tu desempeño profesional y en tu capacidad para alcanzar el éxito en tu carrera. Todos estos conflictos internos podrían manifestarse en forma de bloqueos para asumir desafíos laborales, dificultades para establecer relaciones positivas en el trabajo o patrones de auto sabotaje que limiten tu progreso profesional.

Al tomar conciencia de estos posibles vínculos entre tu proyecto sentido y tu desarrollo profesional, podrías explorar estrategias para abordar tus conflictos emocionales subyacentes y trabajar en su resolución. A traves del apoyo terapéutico podemos comprender y liberar estas emociones, identificar y cambiar creencias limitantes que puedan estar obstaculizando el éxito, y desarrollar nuevas habilidades emocionales y de autocuidado que  permitan un mejor desempeño de manera más saludable en un entorno laboral.

Si sientes que tus experiencias prenatales o de nacimiento pueden estar afectando algún ámbito en cualquier ámbito de la tu vida cotidiana, te invito a que juntos profundicemos en la información de este concepto o en abordar posibles influencias emocionales en tu vida a partir de tu gestación y nacimiento, Recuerda que estoy aquí para acompañarte en tu crecimiento y desarrollo personal para que puedas potenciar tus dones y regalárselos al mundo. Siempre estaré disponible para brindarte apoyo, recursos y motivación en tu camino hacia la autorrealización.

Juntos podemos trabajar en alcanzar tus metas y transformar tus sueños en nuevas realidades. ¡Confía en ti y en todo tu potencial!

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